Leónidas Barletta |
El 14 de febrero de 1931 -según la investigadora Grisby Ogás Puga-, en un cine de Villa Devoto, se
inauguró oficialmente el Teatro del Pueblo. Hacía tiempo que aquel sueño era
soñado. A fines de 1930 –tiempos aciagos si los hubo-, Leónidas Barletta ya le
había dado nombre. Faltaba la sala. Hacían teatro donde podían. La primera fue
la Wagneriana (Florida 936), donde se puso Títeres
de pies ligeros de Ezequiel Martínez Estrada. Quién sabe si Barletta le
creyó a Roberto Arlt, que le prometió un fastuoso edificio con el dinero que
haría con su invento más célebre: las medias de caucho irrompibles para
señoras.